OCTUBRE
2023. INICIO. Luego de muchos años de noviazgo, el sueño de Pía,
de convertirse en esposa de Max, por fin se cumple, pues este se lo
propone finalmente. Ella es una escritora y periodista que recibe
constantes amenazas por sus investigaciones, mientras que él es un
artista plástico que poco a poco se hace de un renombre y que, por
recomendación de el gran colega y amigo de ella, Gabo Curiel, decide
comprar el pent-house del último piso de un viejo edificio que hace
décadas escandalizó al descubrirse en al interior se practicaba
brujería, lo que llena de gran misterio y curiosidad a la novia,
pero incomoda a Néstor y Helena Santágata, padres de la mujer y de
Diana, una prominente abogada que trabaja en la fiscalía, junto a su
padre y hace reproches a Max por cumplir los sueños de su Pía,
desahogando esta inconformidad también con sus padres, quienes saben
que la mayor de sus hijas siempre reprobará las decisiones de su
hermana menor por un incidente del pasado que no le perdona, mucho
menos ahora, que está próxima a casarse con Max. Le aconsejan que
acepte el amor de Thiago Ligarte, un abogado que siempre la corteja,
mas ella solo lo acepta como amigo y no se ve como segunda madre de
sus hijos.
Pía
y Max deciden vivir juntos antes de casarse y en el edificio en que
ahora habitan también vive Sara Navarro, una mujer sumisa que tiene
dos hijos y cuida de su madre enferma, doña Gertrudis Mausán, la
cual era una niña cuando el gran incendio de las brujas. La anciana
es una mujer enferma, postrada a una silla de ruedas, bajo
supervisión de Sara, quien fue abandonada por su marido y ha sacado
adelante a sus hijos: Kike, un universitario próximo a graduarse
como psicólogo y Lisbeth, quien se prepara como bailarina y tiene un
romance con Aarón Pedraza, un hombre casado al que presiona para que
se divorcie de su mujer y se case con ella, pero al conocer a Max se
engancha a él, por su sensibilidad, porte y belleza. Es ella quien
lo entera de su familia y le hace saber que en el edificio rondan
fantasmas, aunque ella nunca ha visto alguno. Max le comenta esto a
Pía, quien es creyente de estas cosas y pronto comienza a escuchar
voces y ver sombras de niños y un gato dentro de su departamento.
Pía
es dichosa en su nuevo hogar y a la par que prepara su boda, junto
con Gabo y Julio Galán -pareja de este-, trabaja en un caso para
atrapar a un contrabandista que ha sabido burlar a la policía,
situación que alarma a Max, pues teme a que se tomen represalias en
su contra, pero ella no tiene miedo y Gabo la alienta a tener valor,
aunque al leerle el tarot se asusta y le advierte que la muerte la
ronda, creyendo que quizás uno de sus progenitores muera. Pía
confía en que nada malo sucederá y alerta a sus padres para que se
realicen un chequeo, prestandose a risas de estos, que le piden que
no crea en as fantasías de Gabo. Ella les entrega cuarzos y velas de
protección causando la burla de Diana, quien no puede creer que su
hermana crea en tales cosas, para entonces entregarle unos documentos
que la pueden ayudar en su investigación periodística, mas le
advierte que no puede dar a conocer esa información a los medios, ya
que su carrera en la fiscalía está de por medio.
Max
tiene un hermano más joven: Aldo De la Reguera, quien le informa
todo sobre su familia, la cual lo rechazó por preferir las artes
antes que el patrimonio familiar y por hacerse novio de Pía, a la
que siempre han considerado poca cosa. Aldo le cuenta de sus
problemas amorosos con Román Cauduro, su pareja, el cual es mayor
que él y muy posesivo y controlador, al grado que ha matado el amor
y la admiración que el joven le tenía. Para despejar su mente y
sentimientos, Max lo invita a conocer su casa y allí el muchacho
siente una presencia, mas no dice nada. Luego el otro lo invita a la
exposición que tendrá en un reconocido museo, donde presentará su
nueva obra.
Pía
conoce a Sara y Gertrudis, estas le dicen que su nuevo hogar antes
fue el ático del edificio y en él vivieron brujas que hacían
rituales con niños. Ella hace una investigación y descubre que en
aquel tiempo muchos niños de la ciudad y el país desaparecieron y
que cuando se supo de los rituales practicados en la que ahora es su
casa, se ordenó la detención de las cuatro brujas, mismas que se
colgaron de las bigas del techo, para morir antes que ir a prisión.
Ella entonces reprocha a Gabo el haberla incitado a vivir en dicho
lugar y este le asegura que no hay nada malo en él y que tiene un
gran poder psíquico.
Román
es un narcisista que desea someter a Aldo a su voluntad. No desea ir
a ver la obra de Max, mas lo hace para menospreciarla y reprobar lo
que hace Pía, a la que advierte que un día amanecerá muerta, por
seguir la pista de criminales sobre los que escribe. Sin embargo
Julio y Gabo la defienden y este último aconseja a Aldo que se
deshaga de la pareja antes de que la juventud se le pase y ya no
tenga posibilidad de encontrar a alguien con quien hacer su vida.
Luego de esto, esta misma noche, Julio, que ha prometido a Gabo
recoger el vestido de novia de Pía, se disculpa para a casa, a pie.
Es acorralado por el maleante Félix Treviño, quien lo sorprende por
la espalda y lo mata, apuñalándolo. Esto causa gran dolor a Gabo,
al cual Pía apoya en todo momento para luego tener una discusión
con Diana, a quien solo le preocupa que su nombre y la fiscalía
salgan a relucir en el crimen, pues la protagonista ha señalado al
contrabandista que investiga como responsable, ante los medios,
alarmando a Max, el cual discute con ella pues cree que ha puesto en
peligro su vida. Luego de pelear, él se disculpa y hacen el amor.
Pía vuelve a escuchar voces de niños y está segura de que en su
departamento hay fantasmas. Habla de esto con Sara, quien le asegura
que todo está bien mas luego le dice a Gertrudis tener certeza de
que los nuevos vecinos durarán poco tiempo, como los anteriores. Los
escucha Lisbeth, la cual deja entre ver a su familia que se siente
atraída a Max, al que comienza a acercarse.
Julio
es presionado por su jefe, Víctor Estrada, para que ejerza presión
en Pía y esta le entregue una novela periodística que se convierta
en un best-seller, mas no quiere una historia sobre narcotráfico y
delincuencia, ya que el mercado está invadido por estos temas a los
que el editor considera basura. Julio habla de esto con Gabo, quien
le deja claro que su amiga nunca saldrá de su línea periodística
para complacer a su jefe, mucho menos ahora que tendrá una vida de
casada y piensa convertirse en madre.
A
manos de Diana llega información muy confidencial que pone en manos
de Pía, a la que pide que le guarde la USB con el contenido y por
nada del mundo vea su contenido. Las ha visto Helena, quien reprocha
a su hija mayor el exponer la vida de su hermana, a la que Diana
considera fuerte y valiente a pesar de ser una consentida de sus
padres, los cuales siempre le han mostrado más afecto que a la
mayor, que acepta la invitación de Thiago a cenar y le deja claro
que solo pueden ser amigos, pues ella jamás se ha visto como madre
y, además, está enfocada en su carrera y labor en la fiscalía. Él
le promete que, de aceptarlo, su carrera puede ir en ascenso.
Aldo
tiene un incidente con Román, en el que Gabo se involucra para
defenderlo, por lo que la pareja del muchacho se violenta y lo
abofetea. El chico entonces toma la decisión de dejarlo y pide asilo
a Gabo, quien sufre por la muerte de Julio y encuentra en el cuñado
de su gran amiga un aliciente para calmar su tristeza y soledad.
Hablan de cómo su comunidad tiene diferencias y cómo quizás la
igualdad ha quebrantado todo lo que el ambiente era hace muchos años,
cuando ellos ni siquiera habían nacido.
Gabo hace prometer a Aldo
que no volverá al lado de Román, mismo que acude a casa de Max y
Pía para hacer un escándalo, pensando que el muchacho se encuentra
con ellos. En este escándalo se ven envueltos Sara y Kike, quien
junto con el protagonista echa del edificio a Román y más tarde
conoce a Aldo, de quien queda enganchado.
Gertrudis
es atormentada por sombras que la persiguen y a las que pide que la
dejen tranquila, pues ella no tiene la culpa de lo que sucedió hace
años. En un espejo en el que se mira, se le manifiesta un ser
diabólico ante el cual llora y asegura no poder más, por lo que los
hijos de los nuevos habitantes del pent-house serán los últimos que
le entregue.
Néstor
presiona a Diana con algunos asuntos de la fiscalía que esta no ha
podido resolver y la compara con Pía, fastidiándola y llevándola a
tener un arranque de ira que la mujer busca desfogar con Max, al que
recuerda cuanto se amaron antes de que Pía se interpusiera entre
ellos. Él le recuerda que las cosas no fueron así y ante la
presencia de su esposa decide salir de casa y acudir a la galería él
solo, mientras que las hermanas hablan de sus diferencias y cómo sus
padres las han comparado siempre. Pía pide a Diana que intente ser
feliz y encuentre un hombre que la ame como merece, mas la otra le
recuerda que ya lo había encontrado y se lo arrebataron. Discuten y
Diana sale del pent-house furiosa. Al salir del edificio ve a Lisbeth
bajando del auto de Aarón.
En
una ceremonia impartida por el padre Intriago, Pía y Max se casan y,
gracias a Gabo, ella conoce a
Cordelia L'avou, una espiritista y médium que se alarma al saber que
la protagonista vive en el viejo edificio en que se practicaba
brujería y se adoraba a satanás, por lo que le da un amuleto de
protección y le aconseja que busque una nueva casa, ofreciéndose
ella para limpiarla y también a su marido, así los protegerá de
todo mal. Sin embargo, a pesar de la presión de Gabo para hacerlo,
Pía desiste cuando en casa Max se ríe al saber esto y le asegura
que Cordelia es una farsante que solo desea robarles dinero. Discuten
y él sale a la galería, mientras que ella, aun en vestido de novia,
decide conocer la información guardada en la USB que
Diana le dio a guardar y se asombra al conocer su contenido. Decide
guardarla muy bien y pronto escucha ruidos extraños dentro del
pent-house. Ve la sombra de un gato y escucha su maullar. Pronto
aparece detrás de ella Félix Treviño, quien con pistola en mano le
exige que le de todo el dinero que tiene guardado. Ella, valiente, lo
enfrenta y durante un forcejeo el maleante saca una pistola y la
dispara, para entonces huir. Asustada, Pía sale en busca de sus
vecinos, pero nadie le abre la puerta, por lo que de inmediato va a
buscar a Max, corriendo por las calles. Descubre que la galería está
cerrada y llena de miedo intenta tomar un taxi para volver, pero
ninguno se detiene. Camina y al acercarse al edificio se alarma al
ver patrullas y ambulancias, por lo que teme a que algo le haya
sucedido a Max, al que escucha llorar desde antes de entrar a su
departamento. Cual es el asombro de la mujer, cuando ve al marido
cargando el cuerpo muerto de ella, vestida de novia, intentando
revivirla. En ese momento se da cuenta de que se ha convertido en un
fantasma y ante ella aparece un portal de luz que la llama a la vida
eterna, pero ella se resiste a dejar a su marido, al que intenta
decirle que está ahí, presente, pero no le es posible. Se niega a
dejarse ir, el portal desaparece y entonces ante ella se revelan los
espíritus de Brígiday Eduviges, las brujas, quienes le hacen saber
que se ha quedado estancada entre dos mundos y que ellas también lo
están y no han podido trascender, pues las almas de inocentes y el
prestigio de ellas, se consumieron con ese incendio. En ese momento
la policía se lleva a Max, pues tomó el arma homicida y es culpado
por la muerte de la esposa, que lo acompaña en todo momento sin que
él note su presencia.
Max es juzgado y condenado a doce años de
prisión, mientras que en el sepelio de Pía, esta acompaña a sus
padres y hermana, la cual en todo momento se muestra fría e
indiferente. Helena y Néstor sufren por la muerte de su hija menor y
se sienten devastados, al grado que se atreven a asegurar que Diana
se siente feliz por la muerte de su hermana. Sin embargo esta cree en
la inocencia de Max, al que decide ayudar, convirtiéndose en su
abogada, mas las pruebas lo hunden.
Sara
descubre que Lisbeth tiene relaciones con un hombre mayor que ella y
la enfrenta. La chica sin embargo se revela y toma la decisión de
irse a vivir con Aarón, al que suplica que se divorcie y la lleve
lejos. Este le pide tiempo y le suplica que permanezca con su madre y
abuela, pero la chica ya ha tomado su decisión. Él la lleva a un
departamento.
Pía
siente que su energía se desvanece al estar al lado de Max, en la
cárcel, por lo que Brígida y Eduviges la llaman a su departamento,
asegurando que permaneciendo en él su energía se hace fuerte,
apagándose en el exterior. La enteran de que hace años ellas
fungían como profesoras privadas para niños de clase alta, y que al
no estar casadas algunos rumoreaban que eran brujas y se comían a
los críos, pues en ese tiempo muchos en el país desaparecieron y
tras el incendio, en el que ellas y otros niños murieron calcinados,
se encontraron restos de otros, en el sótano del lugar. Pronto una
presencia maligna se manifiesta y las solteronas piden a Pía que la
acompañen. Esta se resiste a aceptar que está muerta y de nueva
cuenta ve la sombra de un gato. Esta vez la criatura aparece, y es el
fantasma de Becker, el gato de las hermanas De Baztán, quienes la
consuelan y deciden ayudarla a hacerse a la idea de que ya no está
viva y comunicarse con Max, a cambio de que las ayude a limpiar su
nombre. Le explican que el portal de luz al que no entró era su pase
a la vida eterna, celestial, mas le advierte que existe otro portal
que no da la oportunidad de elegirlo, sino que te arrastra a él. Las
hermanas se dan cuenta de la presencia de Gertrudis y la sombra
oscura que la acompaña. Aseguran a Pía que esa mujer es una de las
sobrevivientes de aquellos adoradores satánicos que sobrevivieron al
incendio, hace décadas. Pronto descubren que Félix se encuentra en
el pent-house, husmeando, por lo que las hermanas De Baztán y Becker
le dan un gran susto que lo ahuyenta. A su vez Pía sufre por la
desgracia de su marido, el cual sufre su pérdida en la cárcel,
donde encuentra amistad en Samuel Garzón, un hombre culto que está
purgando una pena por fraude y que le da fuerza para que confíe en
que Diana lo va a sacar de la cárcel y podrá investigar quién fue
el verdadero asesino de su esposa.
Thiago
insiste a Diana para que lo acepte, pero ella le deja más que claro
que no quiere nada con él y le revela cuanto lo aborrece en
realidad, confesando que el único hombre al que ha amado ahora es
libre y lo recuperará, dejando entre ver que ese hombre no es otro
que Max, a quien ella busca salvar a toda costa sin sospechar que es
justo Thiago quien pone las trabas para que cumpla su cometido.
Gabo
acude a hacer una limpia y encender veladoras en el pent-house de Max
y Pía, quien ríe ante las circunstancias y de un soplido las apaga,
dando al amigo señales de que lo escucha, por lo que le revela lo terrible que se siente ante la falta de Julio, quien lo salvó de las drogas en el pasado y le mostró lo feliz que alguien puede hacer con el apoyo y comprensión. Pía hace un intento por tocar a su amigo, sintiendo su dolor y su pena. Lo logra cuando él lo siente y sonríe cuando este le asegura que, aunque aún no sepa por qué aun permanece entre los vivos, lo averiguará y la ayudará a terminar aquello que dejó pendiente.
TRES AÑOS DESPUÉS: Gabo pone punto final a la novela sobre la vida de
las hermanas De Baztán, contando la verdad del incendio en que
varios niños murieron. Sin embargo para él no ha quedado claro
quienes fueron las brujas del lugar y tanto Brígida como Eduviges se
resisten a revelar esto a Cordelia,
a quien Gabo presiona para que saque la información a las mujeres,
mismas que han enseñado a Pía a comunicarse y hacerse notar en el
plano terrenal, preparándola para cuando Max vuelva a casa. Este a
su vez vive atormentado en la cárcel, aferrado al recuerdo de su
amada y el momento en que esta murió en sus brazos. El fantasma de
Pía lo acompaña, esperanzada a que un día Diana, como abogada,
logrará sacarlo de la cárcel y demostrar que él no la mató.
Kike
es un profesionista y vive al lado de Aldo, el cual se niega a
visitar el lugar en que vivía su hermano. Visitan a Sara e
Gertrudis, a quien Aldo no soporta, pues la cree una mujer falsa que
se vale de su edad y enfermedad para manipular a su hija, a la que
trata más como una empleada. Al salir del edificio se encuentra con
Gabo y los sorprende Diana, la cual echa al amigo de su hermana y le
exige que se aleje del lugar y olvide la amistad que tuvieron, pues
Pía está muerta. Luego se encarga de limpiar el lugar con ayuda de
gente y sacar todas las pertenencias que fueron de su hermana. De
pronto encuentra la USB que hace años le dio a guardar y decide
formatearla, para entonces tirarla a la basura, de donde la rescata
Kike y lo cual es visto por Pía, la cual hace reproches a la hermana
pero esta no puede escucharla, así que le grita que pronto todos
descubrirán su verdad. La acompaña hasta casa de sus padres, donde
no se separa de Helena, la cual padece un cáncer incurable por el
que la han desahuciado. En momentos de debilidad logra ver a su hija,
a la que le habla. En uno de esos momentos, Pía le pide que esté
tranquila y que pida a Diana que ayude a Max, del que la abogada,
apoyada por Néstor, consigue que, por su buena conducta, quede en
libertad, lo que llena de alegría a Samuel, el cual le da
instrucciones para que acuda al lugar en el que escondió el dinero
del fraude por el que lo acusaron. Se lo regala y lo alienta para que
comience de cero y abra su propia galería. Max sin embargo no desea
dinero mal habido y al salir de la cárcel es instalado en un hotel,
donde Diana lo entera de que ha puesto en venta su pent-house. Él
enfurece, se resiste a dejar el lugar en que fue feliz con su amada
Pía, de la que jura no descansará hasta dar con su asesino. Diana
intenta hacerle ver que comete un error aferrándose al pasado. Le
pide que olvide lo sucedido pero él ya ha tomado su decisión y
vuelve a su hogar, donde llora al no encontrar un solo recuerdo de su
esposa, que se encuentra ante él, intentando comunicarse, sin éxito.
Ella se desahoga con Brígida y Eduviges, las cuales la enteran de
que ahora ha llegado el momento de poner en práctica lo que ha
aprendido y que las tres cumplan su promesa.
La
sombra persigue a Gertrudis, quien culpa a Sara de la decisión de
Lisbeth para irse a vivir al lado de Aarón, quien le ha dado trabajo
y todo cuanto necesita, pero se resiste a divorciarse de su esposa,
Olivia, la cual no sospecha que la amante de su marido es justamente
la muchacha que este tiene como secretaria, por lo que le pide que la ayude a dar con esa otra mujer, la cual está destruyendo su hogar.
Lisbeth entera de esto al hombre, el cual comienza a portarse de
manera soez con la esposa, la cual vive llena de angustia, pensando
que el marido la dejará. Llora ante la secretaria, a la que confiesa
que uno de sus mayores temores es perder la seguridad económica que
tiene, pues no sabe hacer nada más que dedicarse a su marido y a
hacer vida social. Lisbeth se siente entre la espada y la pared, intenta buscar a Kike para decirle como se siente, pero Aarón se lo prohíbe, pues no quiere que tenga más comunicación con su familia, dejándole entre ver de ahora en adelante tendrá que dedicarse exclusivamente a él. También le prohíbe que vuelva a hablar con Olivia.
NOVIEMBRE 2023. Aldo
apoya a Max en todo y le cuenta de lo rara que es la abuela de Kike,
quien no les da confianza a ninguno de ellos. El menor se asombra
cuando el otro le dice que al estar en casa a veces le parece sentir
la presencia del espíritu de Pía, a la que a veces incluso puede
oler. Esto emociona al fantasma, quien se da cuenta de que su
asesinato no fue una fatal casualidad o un accidente, pues a través
de una ventana ve a Diana entregando unos documentos a Félix, por
lo que decide seguir al asesino, el cual hace entrega de esos
documentos a Aarón, quien en realidad es un mafioso al que ella le
seguía la pista y que Diana ha estado protegiendo por años,
involucrándose en un blanqueo de dinero a cuenta de la mujer, que se
ha enriquecido ilícitamente con una cuenta falsificada, en la que
oculta dinero mal habido bajo el nombre de una persona ficticia
llamada Renata Maldonado. Esto llena de resentimiento a Pía, la cual
desea esclarecer quién es en realidad culpable de su muerte y busca
a Gabo para intentar tener contacto con él, pero no tiene éxito.
Sin embargo cuando lo sigue por la calle, intentando enviarle
señales, lo ve entrar al recinto de Cordelia,
a quien el tarotista ha acudido para hablar con su amiga,
descubriendo esta la farsa de la médium, a la cual sorprende en
soledad y la critica por los fraudes que comete con la gente. La
asusta, pues la mujer irónicamente descubre que tiene el don de
escuchar a los muertos, aunque no la facultad de verlos. Cordelia
suplica a Pía que desaparezca, pero esta insiste en que debe
ayudarla, pues sabe quién la asesinó, así como también sabe
quienes se encuentran detrás del crimen. Le suplica que busquen a
Gabo, pues él puede ayudarla no solo a ella, sino a fantasmas que,
por injusticias del destino, también se encuentran atrapados entre
la vida y la muerte, refiriéndose a Brígida y Eduviges. El amigo se llena de felicidad al saber que su amiga puede
comunicarse desde el más allá y busca a Max para decirle que se
está comunicando con ella, pero el protagonista, escéptico, le pide
que respete la memoria de su amada, que lo asusta cuando se le revela
a través de un espejo, pues el hombre la ve detrás de él, en su
reflejo. Comparte esto con Sara, quien le asegura que los fantasmas
existen y que tal vez Pía desea comunicarse con él para hacerle
saber algo. Luego el hombre intenta hacer reparaciones desde el
sótano del edificio, donde sombras oscuras lo acechan. La presencia
repentina de Diana las alejan y esta entera al hombre de que tiene el
departamento ideal para él, ahora que comienza una vida nueva. Max
le deja claro que permanecerá en el lugar donde murió su esposa y
se sorprende cuando la cuñada se aferra a él y le confiesa que lo
ha ayudado y desea que cambie de vida porque lo sigue amando. Lo besa
y Pía, al ver la escena enfurece y logra mover un florero que arroja
al piso, como señal de desacuerdo. Luego desahoga lo que le sucede
con Brígida y Eduviges, quienes le muestran los fantasmas de unos
niños que viven con ellas, atrapados en el limbo y escondiéndose,
pues las sombras los acechan, mismas sombras que recuerdan a
Gertrudis lo que su familia hizo hace años, pues en realidad ella
pertenece a un linaje de brujas que Sara descubre al esculcar entre
las cosas de la anciana, quien le pide que la ayude, pues para que
las mujeres de su estirpe puedan ser perdonadas ellas deben entregar
almas al demonio azul, que es quien la atormenta desde hace tiempo.
Sara se niega rotundamente, cree que su madre ha enloquecido y se
comunica con una casa de cuidados para ancianos. Por detrás recibe
un golpe de la anciana, que se hace de fuerzas y la lleva hasta el
sótano, donde la encierra, cubriéndole los ojos y tapándole la
boca. Luego vuelve a casa, a fingir ser una enferma inofensiva, ante
su nieto, al que dice estar preocupada por su madre, quien salió de
casa y no volvió.
Aarón
tiene constantes peleas con Olivia, quien está obsesionada con su
infidelidad e insiste en acorralarlo y hacerle reproches, por lo que
él comienza a pasar más noches con Lisbeth, la cual sigue
ejerciendo presión para que el hombre se divorcie. Este le deja
claro que nunca lo hará y que ella será siempre su amante. La chica
entonces decide irse de su lado mas él la toma de los cabellos y con
violencia le muestra que es suya, que la ha comprado, y que si se va
de su lado será solamente muerta.
Al
enterarse de su muerte, Max acude al lugar donde Samuel escondió el
dinero que le prometió y lo encuentra. Jura que en nombre de Pía
recuperará su vida, demostrará que no es un asesino y volverá a
ejercer como artista. Entera de esto a Diana, quien se resiste a que
el hombre cumpla sus sueños y siga pensando en su hermana, por lo
que se desnuda ante él y le pide que la haga suya. Él la rechaza
una vez más y esto preocupa a Pía, quien presiona a Cordelia
para que se comunique con Max, pues este no le ha creído a Gabo, el
cual acompaña a la médium a convencerlo de que el espíritu de su
esposa se encuentra atrapado. Le repite cosas privadas que Pía le
dice, hasta convencerlo. Él y el periodista le jura que la difunta
se encuentra entre ellos y necesita comunicarle algo, sobre su
muerte, alarmándolo cuando le dice que su asesinato no fue
casualidad.
Kike
acude a la policía para denunciar la desaparición de su madre y le
cuenta a Aldo los extraños sucesos que siempre han ocurrido en el
edificio en que viven. Este comparte lo que sabe con Max y Gabo,
quien les cuenta la historia de las hermanas De Baztán, mismas que
se encuentran entre ellos, escuchando atentas el relato, fascinadas.
Max insiste en mostrarse escéptico y pronto aparece Diana, a quien
le cuenta todo. Ella se ríe de Gabo, pues está convencida de que
solo son fantasías suyas. Lo insulta a tal grado que al hombre no le
queda más remedio que marcharse. Al salir, Brígida y Eduviges se
encargan de atraer su atención y lo conducen al sótano, donde
descubre a Sara, a la que se lleva con él. Ella le dice haber
descubierto que su madre era una niña cuando se desató el incendio
en el ático, y que fue su familia la que secuestró niños y los
asesinó en ritos diabólicas, pues su abuela, bisabuela y todas las
mujeres de sus ancestros han sido brujas negras, durante años. No
saben que Gertrudis los está observando a través de un espejo que
siempre está cubierto, en su habitación, y por el cual las De
Baztán se ríen de ella, prometiendo que pronto se descubrirá la
verdad y ella arderá y será arrastrada por las sombras, de las que
su madre, abuela y bisabuela son parte. Por otra parte el chico se
alarma cuando Lisbeth lo busca para llorar en su hombro y confesarle
que está arrepentida de haberse ido a vivir con Aarón, pues ahora
este se niega a darle su libertad. Por ello el muchacho busca al
hombre y delante de Olivia le exige que deje en paz a su hermana, así
como amenaza con denunciarlo, pues sabe que está implicado en
negocios sucios y le advierte que, si algo le pasa a él o a Lisbeth,
la información que tiene llegará a los medios y estos lo
destruirán, sacando la verdad a la luz.
Diana
discute con Thiago, quien sabe lo que ha hecho y se le dice a Néstor
que su hija tiene tratos con Aarón y que se ha beneficiado
económicamente de esta relación, por lo que, como fiscal, el
progenitor está decidido a denunciarla y entregarla a la justicia.
Ella pone en alerta al maleante, quien ordena a Félix que se deshaga
del hombre, al que Pía sigue cuando es citado por Diana en una vieja
bodega en la que supuestamente lo enfrentará con Aarón. Sin embargo
todo es una trampa y la hija le dice que no renunciará a muchos
millones de dolares solo por él, que nunca la quiso y siempre mostró
mayor afecto por Pía, a la que también mató, tendiéndole una
trampa: Pues le dio la USB con información con el fin de que esto
llegara a oídos de Aarón y la mandara a eliminar.
Justo cuando
Néstor toma su teléfono para llamar a la policía, detrás de él
aparece Félix y lo asfixia, sin que Pía pueda hacer nada más que
reprochar a su hermana toda la maldad que hay en su alma. Recibe a su
padre en el otro lado, y ante ellos aparece Helena, la cual les pide
que estén juntos, pero de nueva cuenta Pía se resiste a cruzar al
más allá y busca a Cordelia
y Gabo, a los que propone una jugarreta para frustrar los planes de
Diana, a quien Aarón le ha depositado unos millones en su cuenta
fraudulenta. Es por ello que a Gabo se le ocurre que Cordelia
se haga pasar por Renata Maldonado, mas esta no quiere inmiscuirse en
asuntos en los que tengan que ver criminales de abolengo. Pía
enfurece por la negativa de la médium para ayudarla, desde que la
contactó, por lo que le promete que, si logran sacar el dinero,
puede quedarse una parte. Cordelia
entonces acepta y acude al banco, aprovechando que la malvada Diana
vela a su padre, sin separarse un solo momento de Max, dejando entre
ver ante la gente que entre los dos hay algo más que una amistad, lo
que le incomoda a él. Discuten y cuando ella le dice amarlo, Max la
rechaza y le menciona que hay una médium amiga de Gabo que asegura
que ha hablado con Pía y que el asesinato de esta no fue una
casualidad, sino que fue planeado. Alarmada, Diana busca a Víctor
Estrada, el jefe directo del periodista, y lo convence de prescindir
del hombre, al que ha sembrado una trampa para acusarlo de pedofilia,
habiéndole pagado a Jordán, un menor de edad que se ve con el
homosexual para tener relaciones sexuales, mintiéndole sobre su
edad. Esto causa que Gabo pierda su trabajo y a la par Diana le exige
que deje de inventar cosas sobre la muerte de su hermana o de lo
contrario lo pasará muy mal. Él desahoga esto con Aldo y Kike,
quien al escucharlo le dice que puede tener en sus manos a Diana, por
lo que le entrega la USB que salvó de la basura y de la cual logró
obtener la información eliminada. Acude a Cordelia
y Pía para decirles que tienen pruebas que inculpan a Diana, a
quien la fantasma desea dar un escarmiento. Por ello, con documentos
falsos, acuden a retirar el dinero que esta ha recibido por años,
haciéndose pasar Cordelia
como Renata y Pía solo le da una pequeña parte del dinero, pues
planea con Gabo que el resto lo repartan entre los niños huérfanos
y de la calle, la noche de Halloween, lo cual se cumple con ayuda de
Aldo y Kike, a quien Gabo comparte que él sabe donde está su mamá.
Por su parte Pía, aprovechando que es invisible, se encarga de
atormentar a Diana, la cual entra en pánico cuando se da cuenta de
que la cuenta falsa que creó ha sido cerrada. Se aterra cuando
recibe un mensaje desde la cuenta de whatsapp de Pía, quien la llama
«asesina» en el teléfono. La villana entra en pánico cuando
repetidamente el fantasma de su hermana se encarga de enviar el mismo
mensaje, una y otra vez, por lo que cree que se está poniendo
nerviosa y toma una ducha. Se sorprende cuando al salir de la bañera
y mirarse al espejo, el fantasma de Pía escribe en el espejo del
baño su nombre, pues reconoce la letra. Se aterra todavía más
cuando limpia el espejo y ve detrás de ella a su hermana, quien le
sonríe al mismo tiempo que la mira con rabia. Es por ello que sale
desesperada y busca a Max, al que pide que la acompañe a hacer un
viaje de fin de semana, pero tanto Aldo como Gabo lo impiden, pues
aparecen disfrazados en el departamento del hombre, al que entregan
un disfraz y alientan para que los acompañe a dar dulces y juguetes
a los niños de la calle. Con tal de deshacerse de la mujer, el
protagonista acepta y luego se molesta al saber por Gabo que todo ha
sido obra de Pía, la cual sufre por la negación de su marido ante
la presencia de su espíritu.
Diana
es atormentada por Thiago, quien la tiene en la mira y la cree
responsable de la muerte de Néstor, por lo que comienza a
inspeccionarla, mientras ella investiga la cancelación de su cuenta
con identidad falsa y descubre que el dinero fue retirado por
Cordelia, a la que acude a exigirle que se lo devuelva.
Cordelia la
enfrenta y le dice a la cara muchas verdades, por lo que la villana
se abalanza contra ella para abofetearla y exigirle que le devuelva
su dinero. Toma una bola de cristal y con ella la golpea en la
cabeza, hasta casi matarla. Al darse cuenta de lo que ha hecho, se
marcha y Gabo aparece acompañado por el espíritu de Pía. Se
alarman al ver agonizar a la médium, la cual pide al fantasma que la
ayude a pasar sus poderes a Gabo, el cual la toma de las manos y
repite atento lo que la pitonisa recita. Pronto una enorme esfera de
luz dorada se hace presente y pétalos blancos caen sobre el
homosexual, mientras Cordelia abandona la vida para convertirse en un
fantasma y abrazar a Pía, quien la acompaña hasta el túnel de luz
en que maestros espirituales reciben al espíritu que vuelve al
hogar, mientras que la protagonista se asusta cuando ve a Gabo
mirándola fijamente, pues no solo puede sentirla, sino también
escucharla y verla. Vuelven al edificio, donde Pía ve a Diana
intentando enamorar a Max, quien le revela que su esposa se le ha
manifestado y que Gabo puede sentirla. La mujer no cree en ello y le
pide pruebas de que los fantasmas existen. Pía entonces empuja con
fuerza un florero que cae al suelo y, apoyada por las hermanas De
Baztán, mueve varios artículos en la casa. Feliz, Max ahora cree y
celebra que su amada se encuentre cerca, mientras que Diana se
despide, avisando que irá a buscar a Gabo, mientras acaricia un
revolver, con la intención de que Pía la vea. Al estar en su
automóvil, sabe que el fantasma de la hermana se encuentra junto a
ella y le jura que si no le devuelve su dinero, Max morirá. Es por
ello que la protagonista busca a Gabo, el cual ya es acechado por
Félix y Diana, quienes intentan intimidarlo para que les diga donde
está el dinero que Cordelia cobró. Gabo logra huir, mientras que
Pía aterroriza a su asesino, propiciando que huya a la calle, lleno
de pánico. Ella, que ya ha cobrado poder, logra que el asesino la
vea, asustándose todavía más por lo que corre y al cruzar la calle
es arrollado por un tractor. Su alma es arrastrada por sombras
demoniacas y es entonces que Pía entiende cuales son las sombras de
las que Brígida y Eduviges le mencionaron.
Jordán
se contacta con Gabo y le pide que se vean, enterándolo de que lo
denunció por ordenes de Diana. Lo toma de la mano y le asegura que a
él no le importan la edad ni los prejuicios de la gente, y que esta
enganchado, por lo que quiere conocerlo. Sin embargo el periodista y
tarotista lo rechaza, asegurando que no le gustan los menores de
edad, sino hombres afines a él, de la misma edad y con los mismos
intereses. Luego habla con Pía y la alerta al decirle que su hermana
es capaz de todo por su dinero y por conseguir el amor de Max, a
quien en ese momento la villana está besando, a punto de llevárselo
a la cama, lo que Brígida y Eduviges impiden, con sus artes
fantasmales.
Thiago
presiona a Diana para que renuncie a su trabajo, pero ella no está
decidida a perder todo por cuanto ha luchado, así que habla con
Aarón y le cuenta que su pretendiente ya sabe lo que hacen y está
decidido a denunciarla y echarlos de cabeza. El criminal ordena a
Félix que se deshaga del hombre, al que sorprende en la iglesia del
padre Intriago e intenta apuñalar, siendo muy discreto, pero falla.
Sin embargo Thiago se ha dado cuenta y sigue a Diana, quien al
percatarse de que la sigue, maneja su auto hasta una vieja bodega en
donde le dispara a sangre fría y jura que nadie se interpondrá en
sus intenciones.
Lisbeth
está embarazada y ante la presión de Aarón para que aborte al hijo que espera, hace saber a Olivia que ella ha sido la amante de
su marido y que le dará el hijo que ella nunca ha podido darle. También la entera de que su cónyuge en realidad es un
criminal que ha estafado y matado a mucha gente, y del cual se ha podido separar gracias a las pruebas que tiene en
su contra, pues podría hundirlo en la cárcel.
Olivia enfrenta a Aarón, quien se violenta y la
golpea y jura que se vengará de la que fuera su amante, por lo que
la busca en el edificio, ya que vive de nueva cuenta con su abuela
Gertrudis, quien la apoya con su embarazo y promete a la sombra
diabólica del espejo que esa criatura será suya. Es por ello que la
anciana echa a Aarón del edificio, defendiendo a Lisbeth, a quien el
hombre la toma del cabello, la abofetea, y su violencia provoca que
la anciana se valga de sus poderes diabólicos para levitar, tornar
el ambiente oscuro y valerse de sombras, para atacarlo. Un demonio se
hace presente y con la sola mirada horroriza a Aarón, el cual vuela
por los aires y es azotado contra las paredes para entonces ser
arrojado al vacío, atravesando un ventanal. Muere al estamparse
contra el suelo, mientras que, llena de horror, Lisbeth sale gritando
del departamento, pero la fuerza del ente diabólico que protege a
Gertrudis la alcanza y la regresa a donde la abuela, quien la entera
de que el hijo que espera será entregado a su señor, pues ahora
tiene una misión: Seguir con la tradición de la familia y servir al
amo de las tinieblas.
Diana
se aterra al saber que Aarón y Félix han muerto y teme a que ella
sea la próxima, por lo que decide que, para hacer sufrir a Pía,
debe asesinar a Max, a quien Gabo le advierte que está en peligro,
pero este desconfía del gay y que este tenga poderes, por lo que,
para convencerlo nuevamente, el homosexual presta su cuerpo a Pía
para que esta pueda tocar al marido, quien llora al sentirla y
escucharla. Ella le dice que se encuentra estancada en el limbo para
protegerlo a él y hacer pagar a la persona responsable de su muerte.
Está a punto de revelarle quién es esta persona, pero la súbita
llegada de Diana
interrumpe la posesión, por lo que el fantasma es expulsado del
cuerpo de Gabo, el cual queda muy debilitado. Por su parte Diana arma
una farsa dramática y logra que Max la acompañe a casa, para
ayudarla. Allí le cuenta mentiras sobre Pía y le hace saber que
esta tenía negocios ilícitos con Aarón, mostrándole documentos
falsos. El protagonista se resiste a creerlo, sobre todo cuando la
villana le pide que regrese a ella, que lo ha esperado por todos
estos años, amándolo como antes. Max cree que ha enloquecido y la
rechaza, por lo que la mujer lo amenaza con un arma de fuego con la
que le da un cachazo, para entonces atarlo, decidida a que mueran
juntos. Se dirige a Pía, pues sabe que se encuentra presente, y le
asegura que su amado morirá, pero antes sufrirá por haberla
rechazado.
Lisbeth
se niega a seguir los consejos de Gertrudis, quien abandona la silla
de ruedas y camina perfectamente para preparar una misa negra que
Brígida y Eduviges deciden impedir, pero el ente diabólico logra
atarlas, impidiendo que logren su cometido. Sin embargo la chica
corre con suerte cuando en el departamento aparecen Kike y Sara, la
cual enfrenta a su madre, acusándola de ser parte de una secta de
brujas, adoradoras del diablo. Les acompaña un sacerdote, el padre
Intriago, el cual exorciza el lugar, ahuyentando a los demonios, y
esto altera a los fantasmas de los niños y las hermanas De Baztán,
en el ático, donde ellas ponen a salvo a los menores. Pronto todo
vuelve a la normalidad, y la débil Gertrudis, que ahora luce más
vieja, se arrastra por los suelos, mientras se vuelve una momia de la
que el alma se desprende, para ser arrastrada por las sombras
demoníacas. El suceso afecta demasiado a Lisbeth, quien pide a su
madre y hermano que se marchen lejos, donde su hijo inocente pueda
nacer sin correr peligro. El padre Intriago les brinda apoyo y Kike
habla de esto con Aldo, el cual ofrece su departamento a las mujeres,
que reciben la visita de Olivia, la cual sabe de los turbios negocios
de su marido y por ello entrega una fuerte suma de dinero a la que
fuera amante del hombre, pues sabe que necesitará el dinero para la
educación de su hijo.
Pía
alerta a Gabo de los planes de Diana y el amigo acude a rescatar a
Max, pero la villana los descubre y persigue hasta el edificio con
pistola en mano y logra dispararle al tarotista. Max sale en defensa
del amigo de su esposa y forcejea con la asesina, quien le confiesa
que ella se encargó de tender una trampa a Pía, para que Aarón la
enviara a matar, y este plan funcionó. También revela que mató a
Néstor y Thiago. Dicho esto, Pía enfurece y se llena de energía,
con la que obliga a Diana a soltar su arma, atormentándola, mientras
Max logra socorrer a Gabo. La villana se ríe de su hermana y le
asegura que nunca estará con su amado, ni siquiera en la otra vida.
Logra tomar de nueva cuenta su arma y justo cuando disparará al
protagonista, el fantasma de Pía logra empujarla con gran fuerza y
la estampa contra una biga que la perfora. Tras percatarse de que
está muerta, la asesina es arrastrada por las sombras demoníacas,
hasta el infierno, entre gritos de auxilio. Solo Pía puede
percatarse de este suceso y luego acude a Gabo y Max, quien se
encuentra afectado por las revelaciones de la ahora occisa. Por unos
instantes, una intensa luz comienza a brillar fuertemente, lo que
hace a Pía parcialmente visible a los ojos de su amado, que llora de
alegría por poder volver a verla. Tras despedirse de Gabo, a quien
agradece por su ayuda y pide que limpie el nombre de las hermanas De
Baztán, comparte un último beso con Max y le dice que lo ama, por
lo que lo esperará del otro lado, para cuando llegue el día en que
estén juntos. Pía entonces decide cruzar el portal al más allá,
bañada de una luz resplandeciente.
Tiempo
después: Gabo decide darse una oportunidad con Jordán, el cual ha
alcanzado la mayoría de edad y le pide una oportunidad. El
periodista también se presenta ante Víctor Estrada con la novela
terminada, sobre las hermanas De Baztán, la cual se publica contando
la verdad sobre las brujas del viejo edificio, limpiando
completamente su nombre y dando a conocer los nombres de los niños
que quedaron atrapados entre las llamas. Este se convierte en un
suceso mediático que atrae a la gente al lugar, donde los fantasmas
de las hermanas y su gato Becker, así como sus niños por fin pueden
cruzar el portal de luz, pues ya nada les detiene en el limbo. Esto
hace feliz a Gabo, quien ahora, es un reconocido escritor, vive en
pareja, goza de éxito en un canal de videos sobre esoterismo y
tarot, el cual también comparte en un canal de televisión.
Aldo
se casa con Kike en una hermosa ceremonia en la que comparten su
alegría con seres queridos. Allí Max les brinda unas palabras y no
deja de recordar a su amada Pía, quien a través de una pintura
engalana su propia galería de arte, la cual es un éxito. El
protagonista lleva flores al cementerio, como cada semana que visita
a su amada, a la que promete que siempre amará. Ya no logra
sentirla, pues al cruzar el portal de luz, dejándose ir al más allá, su amada Pía dejó de ser... El
fantasma de la novia.